En el Día Mundial de la Salud Mental, en USO repasamos cómo el trabajo puede ser origen o agravante de estos problemas y urgimos a prevenirlos
Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, desde USO queremos destacar la importancia de la misma a la hora de poder hablar de un buen estado de salud. La vida de las personas se desarrolla en diferentes y variados ámbitos. Por ello, contar con entornos “sanos” en cada uno de ellos es primordial para contribuir a un buen estado general de salud.
Por lo general, pasamos gran parte de nuestro día a día en los centros de trabajo desarrollando nuestra actividad laboral. Esto convierte el ámbito laboral en uno de los principales escenarios donde se pueden dar condiciones que alteren e influyan de manera negativa en nuestra salud mental.
Así las cosas, desde USO exigimos que se valore y tome en serio esta realidad y se consideren y tengan en cuenta las condiciones en que las personas trabajadoras desarrollan su actividad y cómo estas pueden afectar en su salud mental.
No estamos hablando de algo nuevo. Los riesgos psicosociales están presentes en el ámbito de la seguridad y salud laboral desde que esta comenzó a regularse normativamente con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y el Reglamento de los Servicios de Prevención. Sin embargo, desde USO tenemos que lanzar una pregunta:
¿Por qué estando asociados los riesgos psicosociales a la actividad laboral y estar identificados como riesgos laborales en la normativa, se vienen obviando de manera reiterada?
La falta de prevención en salud mental
Desde USO, exigimos que se le dé la importancia que tiene a la especialidad preventiva de “Psicosociología aplicada”, que es la especialidad que se ocupa de los riesgos psicosociales en el trabajo. Y que los empresarios se hagan responsables de la identificación y control de estos riesgos de la misma manera que lo hacen con los relativos a la “Seguridad” o la “Higiene”, por ejemplo.
La normativa indica que todos los riesgos presentes en el centro de trabajo deben ser identificados, analizados y controlados; bien eliminando aquellos que se puedan eliminar, bien a través de las medidas preventivas correspondientes que permitan controlar los efectos adversos sobre la salud de las personas trabajadoras.
Exigimos, también, una mayor presión de las Administraciones y organismos públicos competentes a la hora de hacer cumplir con el deber que tiene el empresario de proporcionar a las personas trabajadoras a su cargo una protección eficaz. E, igualmente, a la Administración como empleador.
Actualmente, todas las empresas cumplen con la obligación legal de disponer de la Evaluación de Riesgos de los centros de trabajo, pero estas evaluaciones se limitan a aquellos riesgos que “se ven o se perciben”, como pueden ser el ruido, la utilización de determinados productos químicos o zonas peligrosas sin acotar.
Los riesgos que no se detectan no se previenen
Los riesgos psicosociales quedan fuera de esta identificación y análisis. Y, en caso de llevarse a cabo la Evaluación de Riesgos Psicosociales, esta ha sido fruto de la insistencia de los delegados y delegadas de prevención que, en muchas ocasiones, se ven obligados a recurrir a la ITSS para que la empresa acceda a su petición.
La OMS, en su definición de “salud” incluye ambos aspectos, físico y mental. En USO no podemos estar mas de acuerdo con esta definición de la OMS y, por ello, reclamamos que se tengan en cuenta TODOS los riesgos presentes en los centros de trabajo a la hora de analizarlos y determinar las consecuencias que puedan tener sobre la salud de las personas trabajadoras. Deben crearse entornos de trabajo donde se garanticen unas condiciones adecuadas de seguridad y salud laboral que abarquen tanto la salud física o fisiológica, como la salud mental.
Trabajar no tiene que costarnos la salud, ni física, ni mental.
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